Escrito: Por Ignacio Torres Giraldo, en Moscú, el 27
de octubre
de 1930. Luego mecanografiado por el autor en base a copia mantenida en el archivo de María
Cano Márquez..
Fuente:
Facsímil de la
carta albergada en la Biblioteca Digital de la Universidad del Valle, Cali -
Colombia.
A MODO DE CONSTANCIA
Compañeros
del Comité Sindical Nacional Bogotá - Colombia
El 10 del mes que pasa recibí un documento fechado en Bogotá el 9 de Marzo, originario de la "Central Sindical Obrera y Campesina". El documento en mención se refiere, un aparte, a una carta mía fechada el 22 de diciembre de 1929, a raíz de mi arribo a Moscú.
La C.S.O y C. me exige un informativo relacionado con mi viaje y algunas de mis actuaciones políticas inmediatamente anteriores a él. Juzgo muy importante tal exigencia.
En primeros meses del año escribí, justamente creyéndolo deber, el breve y sencillo relato sobre la cuestión. Por diversos conductos le remití, teniendo cuidado en dejar una copia que se halla en la Sección Latino-americana del Profintern. No sé si tal informativo contenga ampliamente lo exigido; pero si no fuese así, yo lo podría extender. Debo anotar que, lo mismo en relatorios que en informes escritos ya en y para el Comintern, ora en y para el Profintern, he tratado esas cuestiones extensamente.
Algunas de las cuestiones que me plantea el documento -en modo imperativo- están ya suficientemente concretadas y en tal forma contestadas por la I.C. en carta de febrero del presente año.
Hay varios puntos del documento a los cuales debo referirme, rechazando naturalmente la forma polémica que se me provoca, porque yo juzgo más justo, en discusiones fraternales, el método analítico. En esta posición científica de las materias estaré siempre dispuesto a buscar la mejor comprensión de los problemas revolucionarios. Habría alguna importancia en seguir el proceso del documento, no obstante el peso cuantitativo de literatura desorbitada que el contiene, porque ello nos darla la posibilidad de analizar el bajo nivel político en que actuaron nuestras directivas mayores, incluso en marzo de 1930, conducidas sobre líneas directriz falsa, táctica absurda y perspectiva equivocada. Sin embargo, esa importancia que lo sería más en la autocrítica de su contenido, puedo incluirla en escrito que prepare a fondo de la cuestión, para entrar aquí solamente aclaraciones y explicaciones propias de una constancia.
Pero, antes de tocar los puntos en mención, debo decir una fase muy justa del documento. Se me ataca porque no he sabido apreciar el factor subjetivo de la revolución; porque es subestimado el factor objetivo. La I.C. en carta de febrero de 1929 (que conocí en diciembre aquí), marca con toda justeza este defecto fundamental de nuestro movimiento.
En que se basaba tal error? En que se creía en la existencia de un Partido, y se hablaba y obraba a base de esa creencia. Esto es explicable (no quiero que sea excusable) en el periodo de infancia de un movimiento, cuando se esta rodeando de un ambiente provinciano. En tales condiciones es muy fácil caer en el gravísimo error de creer que la voluntad forja hechos cuya naturaleza se regula por fuerzas y relaciones que se ignoran. Es propio de los idealistas dejarse llevar de la posibilidad a la realidad sin medir proceso alguno. Es tan propio, que aun en marzo de 1930, el grupo de buenos compañeros que escribió en nombre de la "entidad" el documento a que me refiero, obraba en la creencia de que la C.S.O. y C. existía! Claro que aquí se ha confundido demasiado lo abstracto con lo concreto, y quienes creíamos en la "central" a base de trabajo futuro, giramos en blanco, y !también nos equivocamos! (Esto no es un secreto -que no queremos ni necesitamos-; el C. Contreras, conocido públicamente como al Srio. Gral. da la C.S.L.A., ha declarado aquí -también sin reservas- que las C.S.O. y C. de Colombia, fue un "bluff!!!").
"Aprender a analizar" es una de las tareas que nos ha señalado la I.C. Analizar de modo marxista, esto es, "aplicando como método revolucionario de conocimiento de la realidad, el materialismo dialéctico." Cuando empezamos a comprender esta formulación, vemos porque subjetivamente, no existíamos como Partido revolucionario clasista. Naturalmente, la creencia a base de una análisis falso, fue una creencia falsa. He aquí la raíz de graves errores que lo son -desgraciadamente- muy comunes en nuestros movimientos de Latino-américa.
Sabemos que el factor objetivo de la revolución, es, cierto estado en crisis de la economía sobre el que se ha de basar el acto revolucionario. Sabemos que el factor subjetivo es, cierto estado de conciencia política revolucionario en la clase. Pero no hemos sabido analizar estos factores. No hemos sabido apreciar la relación en los diversos fenómenos, su fusión y transformación. No hemos, desde un punto de vista marxista, conocido las bases de la sociedad y de la historia. Penetrados de un jacobinismo idealista. Hemos concebido la sociedad confundiendo el atributo con la causa; hemos interpretado la historia a la manera teológica, y naturalmente, nos hemos equivocado. He aquí la raíz falsa que nos ha conducido a creer en un factor subjetivo que no existía.
Ahora es fácil que surja el interrogante sobre que entendíamos nosotros por 'Partido y a esto debemos responder, que nuestra idea era incompleta. NO basasamos, es verdad, nuestro Partido en un concepto de oposición a la burguesía simplemente, sino sobre un concepto de revolución contra la burguesía. Sus concepciones -aunque formuladas defectuosamente- han buscado su conformación en ideología marxista. Pero sus prácticas reformistas y sus concepciones de la insurrección, completamente blanquistas, objetivamente desfiguraban la ideología que trataba de asimilar, conduciendo el movimiento al pantano de cualquier partido social-demócrata. Pero si un Partido se expresa por su organización, debemos decir que sobre este terreno estábamos más errados. Los seis puntos fundamentales sobre los que se basa todo Partido marxista, eran cuestiones a- penas abstractas para nuestro Partido. He aquí esos principios: 1) El Centralismo democrático. 2) Democracia interna. 3) Disciplina del Partido. 4) Unidad del Partido. 5) Actividad de los afiliados. 6) Construcción del Partido sobre base celular.
Demostrado como subjetivamente, no existíamos en calidad de Partido Comunista, queda, luego esta, demostrado que no existía el factor subjetivo en el tiempo a que nos hemos referido. Pero quiero separar la cuestión objetiva, en cuyo campo sostengo aun mis apreciaciones también halladas falsas para el documento que me ocupa. Yo sostenía -y he dicho que aun sostengo-, que hubo una situación objetivamente revolucionaria, iniciada a fines de 1928, agudizada en 1929 y modificada al empezar el año 1930. El documento me niega de plano esta apreciación, y naturalmente expone otra que, por si fuere la conclusión de compañeros del país es que la traigo a discusión.
Sería demasiado extenso retrotraer aquí las cifras demostrativas de una profunda crisis económica que ha sacudido el país en todos sus dominios. Además, esto nadie lo ignora. De los dominios industriales, financiero y fiscal, la grande oleada golpeo el dominio político. La crisis golpeo la Iglesia y el Poder. Puesta en evidencia la incapacidad de seguir gobernando esa misma clase-casta, vemos, no ya solamente la inconformidad en las grandes masas, su voluntad de lucha, sino también actos revolucionarios, si primitivos por sus formas y tácticas, suficientes para decirnos de la existencia de factores revolucionarios. Yo no sé si sería preciso caracterizar de algún modo esa situación. Citare algunos hechos solamente. Nosotros habíamos hecho bien poco en el ejercito; esto es evidente, pero al empuje de la crisis, de siete mil plazas dentro de una salud excelente para el organismo social-capitalista, se desciende a dos mil y quinientas malas unidades de fila, de quienes el ex-edecán general Escobar ha escrito que solo servían para que un grupo de carga-sables cobrara sus robustos estipendios! El poder del Estado estuvo en poder de junta de notables hecho que tiene una elocuencia particular cuando se caracteriza una situación tal. Absolutamente incapaces las fuerzas de tipo antiguo -iglesia, conservatismo, feudalismo y cacicazgo- para controlar la catástrofe hacia la cual se precipitaba la armazón de su Estado y lógicamente su estructura social, en donde estaba la fuerza que "salvaría", que prolongarla la agonía del capitalismo? He aquí una prueba bien elocuente de que para el capitalismo no hay "callejón sin salida". Las hondas raíces conservadoras y católicas del país, la desorganización y la confusión en el proletariado, fueron los elementos sobre los cuales, a falta de un Partido Comunista que ajustara las cuentas, surge y se apoya la "concentración". Este hecho modifico la situación. La crisis política que impulsaba por el flanco fiscal y financiero muy fuertemente, entro en una tregua, hizo cintura en un optimismo casi místico y de este modo se crea un periodo artificial de estabilización política. Pero la crisis económica se ahonda aún. El sector monetario que por su organización a patrón de oro en sistema norte-americano habíase sacudido menos ruidosamente, continúa descendiendo (Véase la "Revista del Banco de la República" del 20 de septiembre del presente).
El pequeño aparato de producción industrial del país no trabaja sino en un reducido porcentaje; el precio del café no acusa sino descenso y perspectivas a él. La nueva composición de la capa burguesa y financiera que sube a la escena del poder, no podrá conjurar la crisis. Las causas son de carácter internacional y mientras ellas existan existirán los elementos de próximas-futuras crisis políticas. La crisis no es un fenómeno nacional, sino por el contrario, la demostración de las relaciones económicas colombianas y su dependencia de factores internacionales que la determinan y de las cuales depende.
Hoy no tenemos una situación directamente revolucionaria. Pero de aquí no se puede decir que no exista situación revolucionaria. El documento a que me refiero tiene una línea que es clara, y consiste ella en negar a priori y en bloque esta situación. Si analizamos la crisis mundial y en ella la de Colombia-; si examinamos la fuerza de esa crisis en países de estructura semi-feudal y semi-colonial; si apreciamos el rol de las contradicciones indígenas, feudales y capitalistas, al ponerse en juego en la época del capitalismo imperialista, comprenderemos como, muchos países de Latino-América están abocados a un tipo de revolución que estereotipo Europa Occidental desde mediados del Siglo XIX. Claro que ver la revolución colombiana sin predeterminar su plano, es botarse fuera de toda dialéctica revolucionaria. Una tal línea en un tal documento, no es un reclamo de principio sino una fuga de la línea de la I.C., porque es una negación de las premisas de apreciación sobre el tercer periodo.
En Latino-América llevan un ritmo demasiado acelerado los factores objetivos de la revolución, mientras que los factores subjetivos avanzan con ritmo relativamente lento. Ello se debe al retraso con que han entrado nuestros países al cauce de la revolución. Este hecho nos conduce frecuentemente a graves errores de apreciación y tácticas. No hemos aprendido a analizar: en nuestros países conviven dos épocas que por cierto modo se correlacionan pero que evidentemente se hallan en contradicción. Esta contradicción choca dentro de*la órbita de cada país, toda vez que una crisis angosta los canales de la vida nacional. Y, si ese choque se produce dentro de una crisis internacional -o es resultado de esta-, entonces es evidente que aparecen situaciones que, impulsadas por factores objetivamente revolucionarias, no se transforman en actos revolucionarios por la inferioridad o ausencia de factores subjetivos. He aquí porque, con toda justeza nos ha señalado la Tercera Conferencia Comunista Latino-Americana de Moscú (Octubre 1930), como primera tarea, la creación de verdaderos Partidos marxistas, porque solo así crearemos el factor subjetivo de la revolución. Pero debemos subrayar, que solo en la lucha podremos cumplir esta tarea, quienes creen que primero es "organizar" grandes ejércitos para luego ir a la lucha, no "organizan" nada y tampoco irán a la lucha.
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Hay un momento en mi carta de 22 de diciembre, que parece haber dado una gran oportunidad a los autores del documento, para reforzar la ofensiva contra mí. Ese momento se me cita y subraya tres veces, y según el concepto de la "Entidad”, es la síntesis de mi "incomprensión" y seguramente el índice de la más severa acusación. Dice el documento: "la lucha la entendemos nosotros en forma bien distinta a la expuesta por usted. No podemos cargar nosotros con el dictado de traidores si seguimos, después de nuestras duras experiencias, por el mismo camino, organizando la lucha de clases en cualquier forma y en cualquier terreno como usted lo aconseja." (que usted ordena, dice otro subrayado).
Efectivamente, en mi carta hay un llamamiento a la "reorganización de la lucha clasista bajo cualquier forma y en cualquier terreno", y, enrutando la idea, termino: "es el frente rojo único de todos los trabajadores que necesitamos concentrar con esta consigna: LUCHA DE CLASES!".
La "C.S.O. y C.", a pesar de su título, carecía de una política organizativa clasista adaptada a la realidad.
Para mí es condición sine qua non que, cuando un partidario de la I.S.R. habla de organizar en cualquier forma -aunque no antepusiera "la lucha de clases"- quiere esto decir concretamente la política, el frente en la base, para el periodo actual en todos los países y acentuadamente en aquellos de movimiento ilegal. Es verdad que algunos compañeros sostienen que no existe en Colombia -en un periodo dado, una situación de ilegalidad. Según ellos, se trata de "dificultades", de "obstáculos" y otras formas que no dan una caracterización de ilegalidad. Sin embargo, la realidad es otra cosa.
La verdad aquí es concreta, es decir, se basa sobre hechos concretos. No menciono las leyes, decretos, ordenanzas, acuerdos y los “ucases” de algunos gobernadores, alcaldes y jefes de resguardos, porque todo esto es bien conocido allá. Son las "practicas" policivas y patronales; estos aparatos de espionaje en las fábricas y empresas; son los despidos y aislamientos de todo obrero indeseable para los explotadores; son los allanamientos a los locales, las multas y conminaciones; los asaltos a las reuniones, las prisiones en masa, las condenas sin proceso, los maltratamientos de obra y los asesinatos. Es, en fin, una serie de cuestiones concretas (que poco se registran en Bogotá, Tunja, Pasto, Popayán y otras ciudades de tipo patriarcal y artesano propio de la época del coloniaje español, pero que han sido bien frecuentes en los centros industriales, es decir, en donde se hallan los gruesos del proletariado), la que me ha situado a mí en la afirmación de que, prácticamente, nos hallamos en presencia -organizativamente y bajo consignas revolucionarias- de una situación de ilegalidad. Qué debemos hacer para ir al seno de los trabajadores, incluso reformistas y cristianos?, cual ha de ser nuestra política de penetración? He aquí los interrogantes de Losowski en su Informe a la VI Sesión del C.C, de la I.S.R., en diciembre de 1929: "como asegurar la dirección clandestina del movimiento de masas"; como salvaguardiar los cuadros ilegales?, como salir de la ilegalidad usando cualquier "envoltura"?,"cómo militar en las organizaciones sindicales reformistas, fascistas, etc., arrastrando a los obreros, donde quiera que se encuentren, a la lucha de clases"?, Losowski antepone: " Esta cuestión está relacionada con nuestro trabajo en los sindicatos reformistas y fascistas de toda naturaleza; va unida a la creación de falsas denominaciones, a la constitución de sindicatos con nombres prestados; está ligada a toda clase de métodos de organización de las masas, métodos que nos permitirán romper las alambradas del régimen policiaco".
En la tesis sobre "Las Lecciones y Perspectivas de las Luchas Económicas", adoptada en la VI Sesión del C.C. de la I.S.R. (diciembre 1929), se lee: "… … La tache consiste a sortit coute ce que coute de la clandestinite sans toutefois abandonner nos positions politiques. II faut qu’on sache pour cela conjuguer toutes les formes d’action illegales, semi-legales et legales, en organisant les ouvriers sous n'importe quel pretexte ou enseigne," (Traducción: La tarea consiste en salir cueste lo que cueste de la clandestinidad sin abandonar, no obstante nuestras posiciones políticas. Es necesario que se sepa para esto conjugar todas las formas de acción ilegales, semi-legales y_legales,_ organizando los obreros bajo no importa que pretexto o bandera.) Esto quiere decir que yo no invente nada. Hallo justa la tesis como el día que vote por ella. Si los autores del documento que me ocupa entienden la lucha en forma bien distinta, no esa mí, sino a la I.S.R. a quien aspiran "mejorar" la plana.
Esto no quita fuerza a los errores de que he participado. Pero debo dejar establecido, que para mí es menos importante declarar esos errores que comprenderlos. He sometido a una inapelable condenación la serie de errores en que de una u otra manera participe y lo hago no por quitarme el lote que me afee, sino porque nuestro movimiento exige esa labor inexorablemente. Se que esos errores son efectos de causas que no se eliminan de un tajo. Tampoco quiere decir lo anterior que renuncie a mi condición de conspirativo de todo régimen capitalista. La concepción blanquista la he sometido a una transformación de concepción marxista-leninista, y sin renegar de mí mismo, aspiro al viraje, utilizando muchas cosas importantes que se iniciaran y que se realizaron en esos periodos de los graves errores. La política matona, esto es, la que algunos compañeros han querido aplicar a la revisión y ofensiva de los defectos, consiste en tratar y condenar en bloque toda una época, la juzgo mala política. Y, por los manifiestos de 17 y 30 de julio, lanzados por el Partido, veo que ocupamos (es decir, ocupa el Partido) una posición justa. Esto es, ya tener una política de perspectivas, una política clara frente a un periodo de transformación, de reforzamiento y naturalmente de creación. Sobra decir, que una política de tal naturaleza, es justamente la que he querido ver en nuestro movimiento como condenación inteligente del pasado. Esta política esta calcada en la segunda carta de la I.C. en cuya discusión participe, y con la que estoy absolutamente de acuerdo, igual que con la primera fechada en febrero de 1929.
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La tendencia a buscar nombre de "pila" a las cosas que se hacen y resultan mal, esta expresada en el ’documento "con estos interrogantes dirigidos a mi: Podría decirnos quién llevó al movimiento a Jorge Cárdenas? Quién le expidió la credencial para que representara a los obreros del Choco en la convención de La Dorada?, quién le hizo presidente de la Confederación Obrera del Valle (el subrayado es mío) y quién le expidió amplias credenciales para representar el Proletariado de Colombia en el IV Congreso de la I.S.R. y de la I.C.? Según los autores, yo hice al oportunista Cárdenas de una manera personal y directa. Creando leyendas de esta factura se crea a la vez un caudillo. Qué hay de cierto en esto? Primero: que yo no llevé ni sé cómo llego Cárdenas al movimiento; Segundo: que no expedí ni sé quién expidió credencial a Cárdenas para participar en la Convención de La Dorada; Tercero: que no hice presidente a Cárdenas de la Confederación Obrera Nacional pero sí sé que él se hizo; y Cuarto, que no expedí credenciales para la I.S.R. y la I.C. pero sí sé que le fueron expedidas en Bogotá. En La Dorada se votó para que Cárdenas ocupara provisoriamente un puesto en el secretariado de la Confederación, justamente en reemplazo mío. Todos saben que yo había sido reincorporado a la cárcel el 27 de abril de 1928 de tal manera que cuando Cárdenas y Castrillón salieron del país no tuve ni la menor noticia. Al final del párrafo de las interrogantes se me advierte que olvido la "historia", pero lo que sucede es que quienes no la saben la quieren construir a su modo.
En otro lugar se me dice que yo "hice elogios" al renegado Abel Portillo. Francamente este pasaje de la historia "no lo recuerdo. Pero lo juzgo posible, como es igualmente posible que hubiese hecho "elogios" (esta no ha sido mi profesión) a José Mar, Ángel Echeverri, así como a Ivánovich. Hubo momento en que les creí sincero al movimiento. También hay un momento en la historia sin comillas) en que Kautsky es puesto al lado de Marx y de Engels y Kautsky nada menos que al lado de LENIN!!!
Moscú, Octubre 27 de 1930
Nota: Envío cuatro copias al país, quedando entendido que solamente el C.C. del Partido Comunista de Colombia, sección de la I.C. puede indicar el uso que se deba hacer de esta constancia, en caso que hubiere lugar a tal uso. Hago esta advertencia con el fin de concentrar absolutamente toda cuestión en la dirección del Partido.
Torres Giraldo.